Hace unos meses leí con asombro una noticia que apareció en el periódico El Mundo, y se trataba de que en Canadá habían decidido no aceptar como donantes de órganos para el trasplante al llamado grupo de personas de riesgo: presos, prostitutas, drogadictos y tatuados. Una noticia como ésta, que cuando menos sorprende me interesó de manera especial, pero más me interesaba conocer la opinión de mis alumnos, de edad aproximada a los 20 años, ya que hacía poco tiempo les había hablado en clase de un tema tan apasionante como el trasplante de órganos, así como de aspectos específicos como la posible transmisión de enfermedades infecciosas o tumorales existentes en el donante. Les hice especial hincapié en que se hace un estudio previo a los donantes, tanto vivos como cadáveres para en la medida de lo posible evitar estas posibles complicaciones.
Creé un foro en el Portal de la asignatura para que me dieran su opinión, y de forma sorprendente la participación fue masiva, pero lo más sorprendente fue la diversidad de opiniones vertidas en el foro, yendo desde aquellos que no comprenden cómo en un país avanzado puede haber este tipo de discriminaciones, hasta aquellos que veían lógica la medida.
Sin duda lo que más me enriquece como profesor no es la capacidad de aprendizaje de mis alumnos, que también, sino la diversidad de formas de pensar y enfrentarse a los problemas de la sociedad.
Sin duda lo que más me enriquece como profesor no es la capacidad de aprendizaje de mis alumnos, que también, sino la diversidad de formas de pensar y enfrentarse a los problemas de la sociedad.
Artículo completo: http://www.elmundo.es/elmundosalud/2008/01/11/medicina/1200044481.html
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