lunes, 3 de agosto de 2009

EL NEGOCIO DE LAS CÉLULAS MADRE


Pocos temas en la ciencia biomédica han cautivado la imaginación de científicos y público como la utilización de células madre para la reparación de tejidos dañados. Debido a que son capaces de reemplazar células que se han atrofiado o que se han perdido por completo, las células madre ofrecen la esperanza de la restauración de la función celular y el alivio del sufrimiento asociado a muchas enfermedades incapacitantes, como el Parkinson, el Alzheimer, la diabetes juvenil tipo I o las lesiones medulares, por poner algún ejemplo. Más allá de la reparación tisular, las células madre cultivadas pueden también encontrar aplicaciones en el análisis de los mecanismos de la enfermedad, ensayos para probar nuevos medicamentos y como vehículos para la terapia génica. Cada uso potencial de las células madre promete avances revolucionarios.
Sin embargo, la palabra promesa debe ser subrayada ya que hasta la fecha no se han producido curaciones, no se ha descubierto ningún mecanismo productor de enfermedades y ningún medicamento nuevo se ha desarrollado. Muchos dentro de la comunidad científica internacional creen que la promesa de los estudios o tratamientos basados en células madre sólo podrán ser realizados si se pueden crear nuevas líneas de células madre embrionarias humanas. Esta circunstancia no reprime, sin embargo, el instinto lucrativo de algunos que no dudan en ofrecer curas milagrosas gracias a las células madre de dudosa eficacia.
"El problema es que hay muchos pacientes que están desesperados, que no tienen otra fuente de tratamiento, que deciden correr el riesgo de acudir a estas clínicas", ha explicado Deepak Srivastava, director del Instituto Gladstone de Enfermedad Cardiovascular, durante una conferencia de prensa ofrecida por varios expertos en la materia durante la reunión anual de la Sociedad Internacional de Investigación con Células Madre (ISSCR) celebrada recientemente en Barcelona. El turismo de células madre "nos preocupa mucho", ha expresado Edwin M. Horwitz, del Hospital Infantil de Filadelfia (Estados Unidos). "Por eso nos comprometemos a evitarlo y nos preguntamos qué podemos hacer para proteger a los pacientes". Ahora bien, ¿quién le pone puertas al campo? Existen varios problemas a la hora de controlar o regular este tipo de tratamientos. En primer lugar, los expertos desconocen la envergadura del fenómeno del turismo con células madre. Algunas revistas médicas han publicado con cuentagotas casos en los que un paciente ha sido víctima de un engaño y ha recibido una terapia inocua o, en el peor de los casos, nociva. Pero el volumen de información es escaso y poco fiable. Los especialistas sólo reciben información de forma anecdótica de algunos de sus pacientes, no es posible realizar seguimiento alguno de aquellos que deciden someterse a estas terapias y las clínicas que los ofrecen no establecen retroalimentación, ni publican estadísticas. En ausencia de estos datos, es difícil tomar medidas, sentenciaban los expertos. Los especialistas reunidos han coincidido en la dificultad de hacer desaparecer el turismo. Ni la ISSCR tiene competencia mundial para regularlo, ni la legislación de todos los países es la misma. El fondo de la cuestión, apuntan, no es una negativa categórica sino proporcionar a los pacientes la información y las herramientas necesarias para que ellos puedan tomar una buena decisión. A través de guías clínicas, foros en los que cada individuo pueda referir sus experiencias, establecer preguntas básicas para hacer antes de someterse a una terapia de estas características.
Personalmente no dudo que las células madre representan un futuro prometedor para la curación de algunas enfermedades hoy por hoy incurables, pero como he manifestado al principio a día de hoy ninguna persona aquejada de estas enfermedades se ha curado con este tipo de tratamiento. En el mejor de los casos se ha publicado algún artículo consiguiendo algún resultado en el animal de experimentación. Podemos jugar con productos milagrosos, anunciados en televisión, contra la obesidad, la calvicie, las arrugas…, pero por favor, no juguemos en este momento con la pena y desesperación de algunos enfermos. Actualmente, una persona con enfermedad de Parkinson que se someta a tratamiento con células madre, seguirá padeciendo su enfermedad…pero con menos dinero en el bolsillo.
En breve publicaré qué son las células madre, su procedencia, y algunos aspectos morales, éticos y religiosos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

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