Estaba preparando el trabajo del módulo II del curso de Bioderecho en relación con los “Problemas éticos y jurídicos al inicio y final de la vida”, y me acordé que tenía archivado el caso del Dr. Antinori que traigo hoy en este post. En resumen, se trata del deseo de una mujer de extraer esperma de su marido, en estado de coma irreversible, con la intención de ser sometida posteriormente a una técnica de reproducción asistida con el objeto de concebir un hijo. Lo que humanamente parece algo lógico y y científicamente factible no lo es desde el punto de vista ético y legal. Y es que la Ley 14/2006 de 26 de mayo de 2006, sobre técnicas de reproducción humana asistida lo dice muy clarito en el capítulo II Art. 6.3:
“Si la mujer estuviera casada se precisará además el consentimiento de su marido…El consentimiento del cónyuge, prestado antes de la utilización de estas técnicas deberá reunir idénticos requisitos de expresión libre, consciente y formal”, y en el Art. 9.2: “…el marido podrá prestar su consentimiento…, en escritura pública, en testamento, o documento de instrucciones previas para que su material reproductor pueda ser utilizado en los 12 meses siguientes a su fallecimiento para fecundar a su mujer…”. Dicho esto, aquí está el caso del Dr.Antinori:
“Si la mujer estuviera casada se precisará además el consentimiento de su marido…El consentimiento del cónyuge, prestado antes de la utilización de estas técnicas deberá reunir idénticos requisitos de expresión libre, consciente y formal”, y en el Art. 9.2: “…el marido podrá prestar su consentimiento…, en escritura pública, en testamento, o documento de instrucciones previas para que su material reproductor pueda ser utilizado en los 12 meses siguientes a su fallecimiento para fecundar a su mujer…”. Dicho esto, aquí está el caso del Dr.Antinori:
El médico Severino Antinori se ofreció a realizar la fecundación asistida de la mujer italiana que hace unas semanas solicitó ser inseminada con el esperma de su marido en coma. Según publicó el diario La Repubblica, todo comenzó cuando el Policlínico San Matteo di Pavia (al norte del país) recibió la solicitud por parte de la mujer de 32 años, quien aseguraba que ella y su marido, de 35 y en coma irreversible, soñaban con ser padres. En un principio el hospital en el que era atendida, el Policlínico San Mateo de Pavía (norte), se negó a realizar este procedimiento sin la autorización del paciente y sin la decisión favorable de un juez. La autorización judicial llegó cuando el padre del hombre en coma fue nombrado su "tutor" y expresó la voluntad de que le fuera extraído el semen. El Centro de Crioconservación de Gametos Masculinos de Padua se mostró dispuesto a realizar la fecundación en sus instalaciones, tras lo cual Antinori ofreció sus servicios "gratuitos" a la mujer. El ginecólogo llegó al hospital de Pavía, donde continúa ingresado el hombre en coma, y le extrajo el esperma necesario para el procedimiento, que se conservará en las instalaciones que Antinori tiene en Roma, introducido en nitrógeno líquido, a -197 ºC. El ginecólogo italiano Severino Antinori, polémico y célebre por haber hecho posible que varias mujeres menopáusicas dieran a luz saltó a la fama en el año 2001 al anunciar que estaba a punto de conseguir la primera clonación de un ser humano, algo sobre cuya veracidad siempre ha existido escepticismo entre la comunidad científica. "Aunque el paciente muriera, el procedimiento ya ha empezado, y con el consenso del juez", aseguró Antinori, quien ha anunciado que está ya preparado para comenzar a analizar los espermatozoides y a seleccionar los más resistentes de entre ellos. "Esperaremos un mes, para que el estrés de la mujer disminuya y, entonces, procederemos a la estimulación ovárica y luego a la fecundación", ha explicado el galeno, que cree que al ser una mujer joven no tendrá ningún problema. La fecundación se realizará mediante una nueva técnica desarrollada por el propio Antinori: la inyección de esperma intracitoplásmica (ICSI, por sus siglas en inglés). El doctor asumió la tarea motivado por los deseos de la esposa del paciente, quien argumentaba que un mes antes de que la enfermedad acercara a su pareja al calvario, y en común acuerdo, habían tomado la decisión de traer un hijo al mundo. “Decidí actuar porque hay una mujer que quiere ser madre y necesita motivos para superar la inmensa tristeza”, declaró Antinori al diario italiano Corriere della Sera, en medio de una gran polémica que tuvo su primer capítulo cuando la esposa hizo expresa su intención de recurrir a la fecundación in vitro con espermatozoides de su marido.
El caso no es el primero en el mundo, ya que fue en 1998 cuando la británica Diane Blood, de 35 años, fuera la primera mujer inseminada con el esperma de su marido muerto y luego repitió el procedimiento para darle un hermano. Pero el actual caso, que mantiene revolucionada a la opinión pública y especialmente al Vaticano, es el primero que se plantea en Italia. "Un hijo debe ser siempre fruto de un acto de amor, no un experimento de laboratorio", dijo enérgico Rino Fisichella, de la Universidad Pontificia Lateranense, llevando la voz vaticana hasta los medios. Y no fue el único, Elio Sgreccia, presidente de honor de la Academia pontificia para la vida en declaraciones al ´Corriere della Sera´ también reclamó "Esto que se prepara es ilegal ya que el acuerdo de ambos progenitores es necesario para la procreación. En este caso, el marido está siendo considerado como una simple reserva de células". Sin embargo, el polémico ginecólogo replica "Es una mujer que quiere un hijo de su marido. Un acto de vida y de amor. Quien nos acusa de manipular la naturaleza no sabe de lo que habla".
La Ley de Reproducción Asistida de Italia cita como requisito para someterse a estas técnicas que haya un caso de esterilidad, pero como este es un caso diferente, se pidió esta autorización, que fue solicitada y aceptada luego de que el padre del hombre en coma fuera nombrado su "tutor" y expresó la voluntad de que le fuera extraído el semen.
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