Nunca está de más leer artículos relacionados con la
obtención de células madre pluripotenciales inducidas (iPS), máxime cuando
alguno de los autores es español. Traigo hoy esta noticia publicada en el
diario El Pais “Investigadores españoles hallan una nueva forma
de obtener células iPS”.
La investigación relacionada con el protagonista estrella de la medicina
regenerativa, las células madre iPS, se encuentra en estado de ebullición.
Después de anuncios recientes como la fabricación con ellas de microhígados o
la autorización del primer ensayo clínico relacionado con la
creación de retinas (en ambos casos en Japón), investigadores del Centro de
Medicina Regenerativa de Barcelona y del Salk Institute de California se han
sumado a esta carrera con un trabajo doblemente atractivo que publica este
jueves Cell
Stem Cell.
Por un lado, es novedoso porque han desarrollado una receta alternativa a
la que se ha usado hasta ahora para retrasar el reloj de las células adultas y
convertir células adultas en iPS y, por ello, capaces de evolucionar hacia
cualquier otro linaje celular.
Pero, además, el procedimiento empleado para conseguir iPS es mucho más
sutil que el convencional. Ya no hace falta reprogramar la célula introduciendo
factores (genes) característicos de células madre de la etapa embrionaria.
Basta con alterar la expresión de otros genes (al menos siete) que ya están
activos en la célula adulta y reajustar su actividad. Ello supone, como explica
Juan Carlos Izpisúa, coordinador de los investigadores implicados en el
trabajo, que las células adultas tienen una mayor plasticidad de la que se
creía. Y, sobre todo, -esta es la segunda gran aportación del trabajo- que se
puede pensar ya, a juicio de Izpisúa, en un nuevo paradigma de la medicina
regenerativa.
Ya no habría que limitarse a la estrategia de crear células madre iPS en el
laboratorio para convertirlas en tejidos u órganos destinados a trasplantar ese
nuevo riñón o hígado manufacturado en personas enfermas. “Gracias a esta
plasticidad de las células adultas que hemos observado quizás sea más fácil
inducir la regeneración endógena del propio órgano”. Es decir, en lugar de
remplazarlo, se podría intervenir en las células adultas del hígado enfermo,
transformarlas en iPS y así, una vez convertidas en células madre, tratar de
que generaran nuevos hepatocitos sanos que regeneraran el órgano.